La trama ocurre en el espacio simbólico de una pecera, la cuál sirve de trasfondo a tres episodios sacados de la cotidianidad de la vida: un hombre espera en vano a una mujer en un aeropuerto y, para sobrevivir, decide engañar su soledad; un boxeador enfrenta lo imposible, pero se niega a ver su desamparo y el espectáculo de su derrota; y, por último, una pareja amenazada no resiste y prefiere no ver el paisaje aterrador que descubre más allá de su ventana. En definitiva, es la mirada en crisis del ser humano ante sí mismo y el mundo hostil que lo rodea.

Manuela vive sola en un edificio del centro de la ciudad y viene saliendo de una relación, por lo que sólo busca estar sola. Su amiga Claudia intenta subirle el ánimo, pero Manuela se resiste, sumida en un profundo letargo. La llegada de un nuevo vecino al departamento justo frente al de ella logra captar su atención. Es Mauricio, un músico ciego. Manuela comienza a interesarse en él lentamente para entrar en un sutil proceso de autoseducción a través de la música y el sonido.
Nina es una mujer casada desde hace 10 años. Vive en Valparaíso, entre los cerros y el mar. Con los años, la relación con Lorenzo, su marido, se ha enfriado. El matrimonio transcurre sumergido en la rutina de los que creen que aunque hay amor, ya no hay más oportunidad. Sin embargo, las cartas de un hombre enamorado, rompen la aparente tranquilidad de la relación, haciendo que Nina sueñe con la posibilidad de un nuevo amor. Son cartas de urgente poesía, que la hacen soñar y que la seducen. Muy intrigada, Nina fantasea sobre la identidad de su pretendiente, que está más cerca de lo que ella imagina.

Tres mujeres quedan encerradas en el baño de un aeropuerto. Elisa, la protagonista, está a minutos de partir a Canadá para encontrarse con su marido, quien vive en ese país por trabajo. Soledad viene llegando de un largo mochileo, mientras que Nuria se dirige a un congreso médico sobre asma. El encierro se transforma en una terapia que muestra la verdad de cada mujer. En el contexto de esta inesperada reunión en el baño de un aeropuerto y con la inquietante presencia de las otras mujeres, Elisa reflexionará sobre sus verdaderas emociones y pondrá en duda el rumbo que decidió seguir en su vida.
Nicolás está enojado. Una vez más entraron a robar a su casa y se llevaron su bicicleta. Él podría jurar que vio a un tipo sospechoso rondando la cuadra ese día. Así que no importa que la ciudad esté medio destruida por el terremoto, ni menos el toque de queda impuesto por el gobierno militar: él acompaña a su madre al tribunal, para reconocer al ladrón. Pero ve más de lo que quisiera y, tras descubrir las hebras que lo unen a ese lugar siniestro, no está seguro de qué significa Estado de Catástrofe, pero cree tener una pista.