La trama ocurre en el espacio simbólico de una pecera, la cuál sirve de trasfondo a tres episodios sacados de la cotidianidad de la vida: un hombre espera en vano a una mujer en un aeropuerto y, para sobrevivir, decide engañar su soledad; un boxeador enfrenta lo imposible, pero se niega a ver su desamparo y el espectáculo de su derrota; y, por último, una pareja amenazada no resiste y prefiere no ver el paisaje aterrador que descubre más allá de su ventana. En definitiva, es la mirada en crisis del ser humano ante sí mismo y el mundo hostil que lo rodea.